Comenzaremos diciendo que nos encontramos ante una obra
cumbre de la filosofía y el esoterismo, un libro con una fascinante historia,
escrito por uno de los más grandes espiritualistas del siglo XX y que
permaneció esquiva para el gran público durante casi medio siglo. En todo ese
tiempo, el Tertium Organum de Piotr D. Ouspenky (1878-1947) se preservó para
una pequeña minoría de elegidos, hasta que finalmente fue publicado tal como lo
conocemos.
Ha dicho el propio Ouspensky que llamó a esta obra “Tertium Organum” porque se trata de un sistema de lógica superior, un tercer instrumento o tercera ley del pensamiento después del “Organum”
de Aristóteles y del “Novum Organum de Fracis Bacon”. Ouspenky afirma que,
aunque tercero, existió antes que el primero, con lo cual retorna a la idea una
Sabiduría Primordial, pre adámica ya anunciada por los teósofos de fines del
siglo XIX. Resulta importante, entonces, comprender los anteriores
instrumentos que se propone superar con este tercero:
El “Organum” (del griego όργανον “instrumento”) es una compilación de obras de Aristóteles
atribuida a Andrónico de Rhodas y bautizada con ese nombre en la Edad Media. Se
la considera como el nacimiento de la lógica aristotélica que, como disciplina
académica, constituyó un avance fundamental para el análisis de los argumentos y la
determinación de su validez mediante el método del silogismo o método deductivo.
En tanto que el “Novum Organum” de Bacon aborda una lógica opuesta a la
aristotélica basada en la inducción y no en la deducción. Al plantear un “Tertium Organum” Ouspensky elabora una lógica metafísica o supra-dimensional que no
puede formularse en el lenguaje corriente. Se refiere al principio causal, a
los modelos arquetípicos que rigen sobre el mundo manifestado, de allí que
afirme que un hombre que posea esta llave podrá abrir sin temor las puertas del mundo de las causas.
El planteo de Ouspensky nos lleva al concepto de Sabiduría Primordial que ya había planteado
la rusa Helena P. Blavatsky primero y George Gurdjieff después. De este último
recibiría una influencia profunda. Sin embargo la forma y el método con el que
Ouspensky plantea el abordaje de la metafísica le confiere una originalidad
absoluta.
El “Tertium Organum” concentra el segmento más esotérico de
las enseñanzas tradicionales planteadas por sus antecesores y se detiene en un
aspecto que por reiterado no deja de ser inquietante ¿Qué es lo real? ¿Cómo
aprender a discernir entre lo real de lo falso? Desde un principio Ouspensky
nos enfrenta al desafío de “saber lo que sabemos y lo que no sabemos”. Para
ello no basta una capacidad intuitiva, porque Ouspensky intenta abordar los
misterios desde su propia lógica, desde su tercer
instrumento.
Una de las cuestiones que atraviesa el libro en todo su
recorrido es el problema de la investigación de las dimensiones superiores. El
sistema de alegorías que nos presenta resulta fascinante. ¿Cómo comprender una
cuarta dimensión que excede las coordenadas de espacio y tiempo? ¿Cómo imaginar
la vida de un ser bidimensional? Estas preguntas sorprendentes nos llevan a
descubrimientos inesperados: Si podemos comprender la incapacidad de un ser
bidimensional para percibir nuestro mundo de tres dimensiones, entonces tal vez
podamos vislumbrar del mismo modo el
misterio de la incomprensibilidad de una cuarta dimensión.
En este laberinto Ouspensky se mueve a sus anchas, porque a
un conocimiento enciclopédico de las grandes tradiciones del Oriente y del
Medio Oriente, suma una mente matemática que ha cautivado a miles de grandes
iniciados de Occidente. Pero más allá de ese conocimiento y esa mentalidad
científica, hay en este hombre singular una experiencia directa de la que emana
un mensaje propio, vivido en primera persona. El “Tertium Organum” no es un
compendio de conocimiento sino un método mediante el cual el conocimiento nos
lleva a una dimensión que no puede comprenderse en el lenguaje tradicional. Es
también la prueba cabal de la supervivencia de grandes sociedades secretas en
Oriente que aún guardan métodos herméticos para la comprensión del hombre y el
universo. Al igual que su antecesora Blavatsky y su maestro Gurdjieff,
Ouspensky pertenece a la mínima elite que en las puertas del mundo globalizado
participó de las más ocultas cofradías de los confines caucásicos. Cuando
conoció a quien sería su maestro ya había recorrido Turquía, Grecia y Egipto.
Durante el exilio sufrido a partir de la revolución bolchevique, refugiado en
Constantinopla, participó de uno de los círculos esotéricos más emblemáticos de
nuestra era moderna.
Quien se adentra en la lectura del “Tertium Organum” percibe
una suerte de manantial del que, de hecho, han surgido ríos de sabiduría que aún
no se agotan, ni se agotarán, porque todos conducen al principio único de toda
la creación, como la serpiente que, mordiéndose la cola -el ouroboros de los
gnósticos- apenas sugiere un nuevo comienzo en un peldaño más alto. Publicado
por Editorial Kier, es una de las obras más importantes de la metafísica
moderna.